El Canal 77 convoca un concurso para elegir a la que será la pretty woman española, la mujer más bella, con más talento y encanto. Cuatro son finalmente las candidatas escogidas, de entre las muchas que se presentan: Cristina, Fátima, Moni y María. Estas cuatro chicas competirán entre ellas para alcanzar su sueño: lanzar su propio disco desde el mismísimo Hollywood.
Aunque el título pueda despistar, no hay mayor similitud entre la famosa película protagonizada por Julia Roberts que el título que comparte con la canción de Roy Orbison. Así, la historia recrea un reality repleto de todos los clichés propios de este tipo de programas televisivos: un presentador con encanto, un jurado variopinto, coreografías interesantes y unas hermosas finalistas. Una oportunidad de vislumbrar una ligera crítica a este género y disfrutar de algo que, seguramente, en otras circunstancias se intentaría evitar.
Eliseo Peris, productor y director de Elite Producciones, comentaba durante la presentación que el musical se basaba en «una buena música para que la gente se lo pase bien y luego hay un pequeño guión para que sea la excusa para interpretar esos temas». Así, no se debe esperar una gran historia dentro de este espectáculo, sino que el escenario es el marco ideal para integrar canciones de los años 80, un vestuario que escandalizaría a más de uno y coreografías que fluctúan desde el jazz hasta el lírico. Por su lado, María Marín (Nino Bravo), descubierta por el propio Peris, se convierte finalmente en protagonista tras actuar en diferentes musicales con un guiño a su persona compartiendo nombre, María, y procedencia, Linares, con el personaje al que da vida.
En Pretty Woman, My Love reina el buen humor y se centra en el entretenimiento. Consigue crear una atmósfera agradable donde los minutos pasan sin apenas darse uno cuenta gracias a las voces de las cuatro finalistas y a la pericia de los bailarines que llenan el escenario con coreografías de Laura García. Todo ello es, sin duda, una sorpresa. Está claro que lo mejor es no tener expectativas para que, en casos como este, se pueda sorprender gratamente al público.
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