«Contra el viento del norte», relaciones epistolares en entornos virtuales

Emmi Rothner decide ponerse en contacto con la revista Like con intención de cancelar su suscripción a la misma. Sin embargo, no se percata de que envía su petición a una dirección de correo ligeramente diferente. Leo Leike, receptor equívoco de la misiva, se ve obligado a hacerle ver su error tras la insistencia de la mujer en sucesivas ocasiones. A partir de este momento, surgirá una relación virtual que les llevará a conocerse paulatinamente con cada nuevo contacto.

Contra el viento del norte, la adaptación teatral del best seller del escritor austríaco Daniel Glattauer, llega a Madrid tras su estreno en el País Vasco de mano de la compañía Tanttaka Teatroa y la dirección de Fernando Bernués (Mi querido Klikowsky) con varios premios a sus espaldas.

Itziar Atienza (Vaya Semanita) representa a una mujer que no acaba de encontrarse a sí misma. Desconcertada por un nuevo sentimiento que la sumerge en la ilusión, la esperanza, el anhelo y el misterio perdidos tiempo atrás. Por su parte, Joseba Apaolaza (Aquí no hay quién viva) interpreta a Leo, un hombre atado a sus recuerdos con cierta tendencia al análisis gratuito y el humor indiscriminado. Un vínculo que nace de la curiosidad para convertirse en una pasión velada y recurrente.

La puesta en escena de un texto como este cuenta con algunos handicap importantes: presentar los diferentes escenarios en un mismo entorno, dinamizar las comunicaciones y poner de manifiesto el paso del tiempo. Tanto el primero como el segundo son salvados con soltura gracias a la escenografía de José Ibarrola y la presentación de los e-mail, de manera visual en unos casos y narrados en otros, como si de una charla se tratase. No obstante, el ritmo de la narrativa se ve ralentizado en muchos momentos por la conjunción de una música cadenciosa y elementos visuales que disminuyen en cierto grado la pasión y la impaciencia que debieran sentir los personajes.

Por otro lado, la inclusión física del marido, interpretado por Pablo Viña (Amar en tiempos revueltos), parece humanizar y hacer más tangible su personaje, influenciando de alguna manera los sentimientos que el público pudiese tener respecto a su intervención en el relato. Su aparición lo hace en cierta medida más digno de compasión de lo que quizás debiera.

Se trata de una narración que trata de desmitificar la trivialidad de las relaciones entre individuos a través de las nuevas tecnologías en un mundo donde los correos electrónicos pierden sentido, las cartas manuscritas son casi inexistentes y las personas se desdibujan en un mar de datos e informaciones masificadas. En este entorno, supuesto frío y distante, puede surgir, gracias al anonimato que confiere la red, las conversaciones más sinceras, puras y directas. Contactos y confesiones no empañadas por la vergüenza y cohibición que sufren los sujetos sociales que desencadenarán una lucha entre lo real y lo idealizado. Una ilusión que amenaza con desaparecer en el momento que ambos mundos converjan.

Maldito Lunes
Maldito Luneshttps://www.malditolunes.com
La mejor manera de comenzar la semana es vivir en nuestra propia banda sonora ♥

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.