Juan Mayorga, autor de más de una veintena de textos dramáticos y ganador de importantes galardones en el mundo del teatro, presentaba ayer en el Teatro Marquina de Madrid esta nueva producción donde el propio teatro se convierte en el hilo conductor de la historia de dos personas ligadas por medio del arte.
La idea, según cuenta Mayorga, surgió inesperadamente de una imagen cargada de posibilidades: un autor que va a visitar al crítico tras la noche del estreno. Esta situación se convierte en el escenario perfecto para poner de manifiesto la existencia de dos personas que, pese a ser aparentemente enemigos, se necesitan mutuamente y alimentan su propia carrera. Además, toda la escena se desarrolla en un escenario, el santuario del crítico, que se convierte en «mágico» al tratarse del espacio imaginado, anhelado y soñado en centenares de ocasiones por cualquier autor.
Dirigida por Juan José Afonso, serán dos colosos de la escena, Juanjo Puigcorbé y Pere Ponce, quienes interpreten respectivamente a crítico, Volodia, y autor, Scarpa. Mayorga afirmaba que «Juanjo [Puigcorbé] es un actor que da una complejidad, unas contradicciones y unos colores al personaje que ni siquiera sabía que estaban ahí», descubriendo de nuevo que «los grandes actores son aquellos capaces de detectar luces y sombras en personajes donde se creía que había mayor sencillez». Mientras, «Pere [Ponce] tiene algo muy explosivo: una enorme ternura y una bondad que se vuelven complejísimas cuando aparece la violencia en el personaje».
Jugando con la figura de crítico y dramaturgo, Mayorga ve en el primero la figura de aquel espectador privilegiado que, gracias a su conocimiento y perspicacia, puede ir más allá. Insiste en que no se trata realmente de metateatro sino más bien «de un encuentro amistoso de dos hombres unidos por el teatro pero, a su vez, un enfrentamiento de riesgo físico y emocional entre dos seres humanos. Incluso cuando parece que hablan únicamente de teatro, de lo que están hablando es de la vida. Como dice el propio Volodia: no hay nada tan parecido a la vida como el teatro».
Mayorga va más allá de la sencilla oposición entre dramaturgo y crítico para presentar una historia de pasiones y emociones humanas.