Shrek, el ogro más conocido del reino, se ve obligado a realizar un pacto con el malvado Lord Farquaad para poder recuperar su ciénaga a la que han sido desterradas todas las criaturas de cuento. Durante su aventura conocerá a Asno, un fiel compañero, y al amor de su vida, la princesa Fiona.
La producción viene avalada por las numerosas e importantes nominaciones que tuvo su antecesora estadounidense en los Premios Tony. Pese a ello, muchos de los guiños que hacían tan especial la versión cinematográfica se han perdido en el paso a su adaptación dramática.
Se trata de una comedia ligera e inocente con momentos entrañables e insinuaciones un tanto gamberras. Una obra atractiva para aquel público enamorado de las historias ingenuas que rompen con el patrón establecido donde el malo no es tan malo y los héroes tienen un aire desenfadado. Coreografías sencillas, melodías pegadizas y ritmos cadenciosos consiguen que más de un espectador tararee o se meza al ritmo de la música.
Una opción para ir con toda la familia donde los más pequeños tendrán un musical a su medida sin pecar de ser excesivamente melindroso.