Una madre con ya demasiados años, una embolia y muy pocas ganas de morirse; un hijo cercano a los 50 con una mujer posesiva, una empresa que se hunde y una jubilación que se aleja; otro hijo de 42 años que la cuida, la baña, la peina y casi la mata (a la de la embolia); muchas libretas y pocos ahorros; y una noche interminable repleta de secretos inconfesables que acaban saliendo a la luz y provocan la confesión más cruda de la función: «Juan, yo creo que no quiero a mamá».
Desde el pasado 6 de febrero, el madrileño Teatro La Latina acoge esta comedia negra de Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez que trata sobre los distintos conflictos morales a los que se enfrentan dos hermanos con una visión muy diferente ante la vida, pero con un objetivo común: encontrar una solución a sus problemas.
Pepón Nieto (Orquesta Club Virginia) y Fernando Tejero, grandes conocidos del público, son los encargados de dar vida a estos dos hermanos y su peculiar forma de afrontar la situación de incapacidad de su madre. Pepón Nieto interpreta al hermano menor: encargado de cuidar de su madre en el piso de esta, no ve el día en que pueda recuperar su libertad. Por su parte, Fernando Tejero interpreta al hermano mayor que, agobiado por las deudas y su mujer, hace alarde de sinvergonzonería con el fin de desahogarse económicamente.
A pesar de contar con un segundo acto que aumenta considerablemente la carga de comedia de la obra, la agresividad de la que se hace alarde durante el primer acto incomoda en cierta manera al espectador al reflejar sobre las tablas una relación abusiva entre dos seres humanos cargada de ansiedad, desasosiego y una cierta violencia verbal. Esta desacertada atmósfera se ve aligerada gracias a ese esperado humor negro que satiriza el tema en cuestión consiguiendo salvaguardar en cierto modo la función.
Pese a todo, la puesta en escena es más que correcta gracias a la escenografía de Max Estel y Silvia de Marta que consiguen situarnos en un céntrico piso de la ciudad gracias a la representación de los exteriores.
Una comedia de humor negro que no acaba de encajar en la cartelera imprescindible de los teatreros madrileños.