El pasado 28 de junio se estrenaba para los Veranos del Galileo un espectáculo que aúna cuplé, vodevil, clown, entretenimiento y música a raudales para narrar, de aquella manera, lo que fuese la vida de Anita Delgado, bailarina de cuplé de origen malagueño que se convirtió en maharaní de Kaphurtala.
Dirigida por Marta Torres, ganadora del Premio Max 2013 al Mejor Espectáculo Infantil, e Interpretada por Roma Calderón, Santi Martínez, Delfín Caset, David Bueno y Beatriz Garrido,esta historia propone un esquema de teatro dentro del teatro donde los artistas tratan de hacer partícipe al público.
A pesar del buen hacer de los intérprete, el caótico guión y una dirección algo despistada no consigue crear una línea argumental clara propiciando la percepción de no saber lo que va a acontecer de un momento a otro. A ello hay que sumarle la variopinta mezcla de estilos por la que es prácticamente imposible discernir si la confusa representación tiene alguna intención más allá de desconcertar, y por ende entretener, a los asistentes.
El uso del metateatro no acaba de definirse de una manera positiva, por lo que lo único que puede llegar a hacer el espectador es dejarse llevar por la incoherencia entre números, las simpáticas referencias históricas y la genuina versatilidad de los comediantes que ora tocan cualquier instrumento, ora bailan charlestón, cantan un cuplé o realizan trucos de ilusionismo tras alguna que otra melodía oriental.
Sin embargo, el teatro con cena al aire libre tiene los mismos inconvenientes que las ventajas que presenta: molestos ruidos, olores inesperados, incómodas sillas y, ante todo, una velada que aparenta no tener fin. Así, se trata de un espectáculo exclusivamente recomendable para aquellas personas que estén buscando una cena frugal amenizada con risas y buen humor.
Reconocimiento 4.0 Internacional