La pesadilla de Lord Arthur empieza cuando, poco antes de casarse, decide ir al teatro a ver el espectáculo del Gran Séptimo, un ilusionista y quiromántico que le augura un terrible destino: ¡asesinará a un familiar! Para evitar que su futura esposa entre en el grupo de posibles candidatos, Lord Arthur decide anticiparse a su destino y quitarse el muerto de encima antes de la boda. Lo que Arthur no sospecha es lo difícil que puede llegar a ser cometer un crimen cuando uno no es un asesino vocacional.
Egos Teatre adapta en esta ocasión al castellano la obra que ya presentase en el Teatre Nacional de Catalunya, El crimen de Lord Arthur Savile. Se trata de la producción más ambiciosa en la que se hayan inmerso, aportando personalidad al espectáculo con una particular mezcla de estilos. Basado en el relato de Oscar Wilde, esta adaptación ha recibido dilatadas ovaciones tanto en el propio teatro por parte de los espectadores, como en diferentes soportes de mano de la crítica.
Esta función tiene un sabor familiar. Todos y cada uno de sus elementos han sido esbozados y confeccionados por miembros de la compañía, dándole así una identidad única con el toque gótico que la caracteriza. Con letras y música originales, Francesc Mora es el encargado de la dirección musical y la partitura del libreto. Él junto a otros ocho músicos, intervienen con pequeños papeles a lo largo de la historia. Una curiosa manera de darles visibilidad, integrar los movimientos de escenografía con sutileza e introducir figurantes en escena.
Anna Alborch, Lali Camps, Rubèn Montañá, Albert Mora, Toni Sans y Maria Santallusia forman el elenco cuyos personajes van evolucionando y relacionándose de manera inesperada a medida que avanza la trama. Toni Sans, El Gran Séptimo, y Rubèn Montañá, Lord Arthur, son, a su vez, los letristas y guionistas de esta obra. Quizás, el hecho de estar tan íntimamente ligados al contenido y la forma del libreto les facilite la interpretación de sus papeles. Ambos destacan por la fluidez y soltura de su actuación. Vemos así a un constreñido Lord Arthur que intenta luchar contra el destino revelado por el Gran Séptimo.
Sin embargo, lo más interesante de la puesta en escena es cómo se resuelve el desarrollo moral de los individuos sin perder la esencia de los textos de Wilde. El paso de cándida prometida a pequeña lianta, de esposa interesada a mujer despechada, de devoto marido a vil embaucador, etc. Queda patente que, para llevar a cabo dicho cometido, el diseño de vestuario ha sido imprescindible. Este asiste al público para que pueda captar con mayor facilidad los diversos cambios de las personalidades, las situaciones y las emociones.
Se trata de una completa obra musical en lo que se refiere a música e historia que sorprenderá a todos aquellos que desconozcan el relato original. Una apuesta fuerte por parte de la joven compañía que parece estar obteniendo la recompensa merecida.