Cinco mujeres comparten un viejo edificio donde repasan con humor su desordenado álbum de recuerdos. En un doble nivel de juego e ironía lingüísticos donde las cinco figuras femeninas de la obra (Paloma, Montserrat, Carmiña, Rocío y Begoña) funcionan como mujeres y como símbolos de las cinco regiones históricas de España (Castilla, Cataluña, Galicia, Andalucía y País Vasco, respectivamente), enlazándose así el ámbito humano con la dimensión política y local.
Fundación La Casa del Actor trae este texto de Antonio Gala a la Sala Guirau del Teatro Fernán Gómez de Madrid bajo la dirección de Mara Recatero. Como bien dice su autor, en esta obra no se pretende contar la historia de España pero sí una de sus consecuencias desde el punto de vista de una familia. En esta familia, formada por cinco miembros tan desiguales como afines cuando les conviene, lo que prima es el humor ante las diferencias de carácter y actitud ante la vida aunque, en principio, sólo se adviertan desavenencias.
El escenario se engalana gracias a la presencia de cinco actrices de bandera. María Casal, María Garralón, Elena Martín, Bárbara Rey y Alejandra Torray son las encargadas de personificar, a través de pequeños guiños a los estereotipos de las diferentes regiones, esa contraposición de pareceres que convierte en grotesca toda la situación. Así, se dota de cierta perspectiva a los habitantes de dichas tierras ante la actitud adquirida cuando se trata de la defensa de las que creen sus propias fronteras.
No hay duda de que cada una de las actrices es indispensable para el desarrollo de la historia y aporta una de las cinco especias que aliñan este texto. Así, aúnan encima de las tablas cualidades como la ingenuidad, la gracia, la resignación, el instinto de sublevación o la picardía. No obstante, quizás sea Alejandra Torray como representante catalana quien opaque en cierta medida a aquellas regiones que se suponen —volviendo de nuevo hacia los estereotipos ya mencionados anteriormente— más divertidas.
Con una puesta en escena correcta, la representación está claramente marcada por un crescendo del ritmo desde las ligeras presentaciones de los personajes hasta el bullicioso desarrollo de los acontecimientos que, finalmente, deja un buen sabor de boca al espectador.
Reconocimiento 4.0 Internacional