La noche de Halloween ha sido la elegida para estrenar esta nueva comedia musical de terror en una de las salas del cine Kinépolis de Madrid.
Basada en la trilogía que comenzase como un proyecto de bajo presupuesto dirigido por Sam Raimi en 1981, la versión musical de este filme se estrenó por primera vez en un club de Toronto en el año 2003 ideada por George Reinblatt, Christopher Bond, Frank Cipolla y Melissa Morris. Debido a su éxito, en 2006 ya se había convertido en una producción off-Broadway al que se llegó a calificar como el nuevo Rocky Horror Show.
La idea de su adaptación al teatro español se consolidó durante la estancia de Chemari Bello, director, y César Belda, director musical, en el musical infantil Bob Esponja. Poner en marcha un espectáculo de estas características en esta época ha de superar muchas trabas, pero Belda asegura que «todo el mundo se está volcando con este proyecto». Por su parte, Félix Ortiz, encargado junto con Salvador Toscano de la traducción del libreto, aseguraba que se trata de una producción «muy gamberra y un poco punki».
Así, la historia narra cómo un grupo de jóvenes se enfrentará a un ente sobrenatural durante un viaje de placer a una solitaria cabaña. Encabezados por Pablo Puyol y David Ordinas (Póker de voces), el espectáculo cuenta con dos elencos diferentes para las representaciones.
Por otro lado, no es necesario ser seguidor de ninguno de los géneros que engloba (musical, teatro o terror) para disfrutar del show. Tan sólo hay que estar dispuesto a pasar un buen rato, siempre y cuando a uno no le importe mancharse. Como bien dice la compañía, se trata de un montaje en 4D ya que hasta la sangre llega a los espectadores en las llamadas splatter zone o zona de salpicaduras. Se calcula que unos treinta litros de sangre se utilizarán en cada función, algunos de los cuales acabarán en los propios espectadores. Sin duda, todo un aliciente para lo más atrevidos.
Sin duda alguna, uno de los mayores incentivos para no perderse Evil Dead es su precio. Con un coste entre 10 y 20 euros, las entradas están al alcance de cualquier bolsillo convirtiéndose en una opción para ver y, seguramente, repetir.
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