«Esos locos fantasmas» se apoderan del Teatro Lara

«Una niña huérfana, huyendo de la policía tras robar una sandía para comer, se esconde en un viejo teatro donde se topará con los fantasmas de los personajes que fueron abandonados por los actores. Personajes divertidos y llenos de magia que, lejos de dar miedo a la pequeña, le mostrarán las maravillas y los entresijos del mundo del espectáculo a través de un maravilloso viaje por los grandes clásicos».

Así comienza este musical familiar que gusta a niños y mayores en el Teatro Lara de Madrid.  Una cuidada producción que comenzó su andadura en Por un micromusical —una colaboración entre Stage Entertainmente y Microteatro por Dinero donde se pretendía llevar el musical a este microgénero—,  hasta transformarse en un musical de gran formato.

Producido por Guionycuentanueva, el musical cuenta con un conocido grupo de especialistas que han artificiado toda la puesta en escena. Así, el montaje lo firma Juan Carlos Guerra como director y guionista; Jorge Ahijado como compositor y arreglista; Paula Guida en el diseño de producción,  dirección de actores y coreografía; y David Villaécija como diseñador artístico.

Todos ellos dan vida al mundo del teatro y sus clásicos a través de personajes que representan diferentes géneros teatrales —Comedia (Jorge Ahijado), Dramón (Fernando Samper) o Melodrama (Paula Guida)— además del misterioso Espectro (Baol B. Bulsara) y la pequeña huérfana (Ruth Ge y Teresa Lozano). Personajes que ganan mayor presencia gracias a un diseño de vestuario, maquillaje y peluquería inspirados en los icónicos diseños del Cirque du Soleil.

Además de resaltar el mimo en el diseño artístico, es de agradecer la capacidad del equipo de conectar no sólo con el público infantil, sino también con todos esos mayores que muchas veces se ven arrastrados a insulsas producciones para que los niños puedan disfrutar.

Se trata de un montaje que va más allá de la diversión ya que pretende, a través de sus diferentes elementos, poner de manifiesto la necesidad que hay de fomentar y cuidar la cultura y, por ende, el teatro. Una reflexión que, precisamente, gana fuerza gracias a la situación sociopolítica actual.